En Corbera de Llobregat pocos conocían a Lúcia Dotto Domingues, una mujer de 42 años. Con sus dos hijos y su marido vivía en una casa aislada de una de las 31 urbanizaciones de esta localidad montañosa del Baix Llobregat. En aquella casa, Lúcia fue asesinada por su marido, que después se suicidó allí mismo, en un proceder demasiado habitual de los asesinos que deja tantas muertes impunes. Era la tarde del martes 18 de mayo, una jornada especialmente trágica en Catalunya.
Brasileña de nacimiento y con raíces familiares en Portugal, Dotto llegó a Barcelona en 2003 con su marido, de origen catalán, y enseguida empezó a trabajar en el sector turístico. Cuando la asesinaron era la directora general para España y Portugal de la cadena de hoteles de lujo Relais Châteaux, que prevé organizar una gala para recaudar fondos para las dos criaturas –un niño de 13 años y una niña de 9– que han quedado huérfanas. Su perfil rompe todos los estereotipos que todavía arrastran víctimas y supervivientes de la violencia machista.
Una colega del sector hotelero que tuvo una relación personal con ella la recuerda como una mujer muy reservada pero con un carácter dulce y cercano. Otra directiva explica que Dotto tenía una carrera brillante y que era muy valorada en la empresa, donde entró en 2014. Siempre muy discreta con toda su vida familiar, el de Dotto era el único sueldo que entraba en aquella casa, y compañeros suyos comentan que tenía intención de separarse de su marido. De su verdugo. “En el mundo directivo, las mujeres nos creemos tan autosuficientes que pensamos que todo lo podemos solucionar sin levantar la mano”, dice esta directiva.