Vuelta a la Bastida por el Verger, Can Llenderina y Cals Reis

Vuelta a la Bastida por el Verger, Can Llenderina y Cals Reis

Ruta larga y compleja entre Alaró y Bunyola, rica en paisajes, rica en historia y patrimonio, en las estribaciones de la Tramuntana

Ruta larga, exigente y de paisajes espectaculares. Requiere paciencia, buen paso y capacidad de orientación para disfrutar de una gran experiencia de montaña, siempre con sensatez y respeto por el entorno natural y patrimonial. Iniciamos la caminata en Los Damunt, origen de la villa de Alaró, a los pies de la mola de la Bastida, antigua fortaleza de época tardo-romana que rodearemos después de pasar por las casas del Verger, las cruces de Can Llenderina y la talaia de Cals Reis. Disponemos de transporte público (L342) desde la estación de ferrocarril de Consell (consultad horarios en tib.org y trensfm.com).

La ruta

[00 min] Desde la plaza de la Bastida, justo frente al casal del siglo XIV que toma el nombre de la antigua fortaleza, nos dirigimos hacia el interior de este barrio de Alaró. Pasamos por la plaza de Cabrit i Bassa y por la calle de Son Duran orientamos nuestros pasos hacia la fuente de les Artigues por el camí de l’Estret [20 min]. Antes, pasaremos por delante de dos lugares emblemáticos: el primero, Can Corona, casal regionalista de mediados del siglo XX con una curiosa inscripción en la columna izquierda del portal principal (“por vuestra propia dignidad y respeto a los demás, hablad bien”); el segundo, la font del Jardí, antiguo molino hidráulico de época musulmana que formaba parte de un grupo de nueve molinos movidos por el agua de la font de les Artigues.

Cuando el camí de l’Estret empieza a ganar más pendiente, debemos ver a la derecha una valla de alambre con un botador [30 min], una escalera de piedra seguida de una escalera de hierro que permite conectar con el camino del pas de l’Estaca. No salgáis del camino y respetad la propiedad. Dejamos a la izquierda una pequeña construcción y seguimos un sendero bien marcado que asciende entre terrazas, bordea una pequeña fuente y se orienta hacia el interior de un pequeño y frondoso valle. Pasamos un portillo y subimos cuesta arriba haciendo zigzags. Dejamos a la derecha una segunda barraca y avanzamos en diagonal ascendente hacia gregal. [40 min] Pasamos una nueva barrera y ya vemos algunas discretas y muy efectivas flechitas rojas del siempre recordado Pep Torrens (1945-2021). Llegamos a un collado donde encontramos un botador que nos permite pasar la valla alta de alambre [45 min].

Después del collado, el camino toma dirección gregal (norte/noreste), a nuestra izquierda. Al principio avanza llano y, en todo momento, bien señalizado. Pronto el sendero se hunde en un canal estrecho y sube empinado, describiendo algunos giros en los tramos menos afectados por la caída de árboles. Alcanzamos un pequeño collado donde el camino gira a la izquierda. Tras una breve y empinada subida nos situamos a los pies de un viejo camino de herradura, es el pas de l’Estaca [1 h 10 min]. Giramos a la derecha y hacemos la última subida antes de llegar a las casas del Verger, a los pies del castillo de Alaró. Un tramo de camino que hace la transición entre el encinar y las terrazas de cultivo. Salimos a un camino ancho de tierra, les Rotes Fredes, muy cerca del Verger, a nuestra derecha [1 h 20 min].

Nos dirigimos hacia las casas y enseguida giramos a la izquierda en dirección al coll del Pouet. Para acortar camino, podemos usar los atajos por donde pasaba el camino viejo. Al salir del último atajo, cruzamos la pista y enlazamos con un camino que pronto nos sitúa sobre la cresta del puig de Can Llenderina [1 h 45 min]. Alcanzamos la doble perspectiva Alaró/Orient y nos orientamos hacia poniente para avanzar en dirección a la cima, que no alcanzaremos del todo, ya que el camino pasa unos pocos metros más abajo. Nuestro objetivo son ‘les creus de Can Llenderina’ [2 h 05 min]. Pasada la cima y un pequeño rancho, las encontramos cerca del acantilado. De hierro forjado, de un metro de altura y separadas entre sí unos diez metros; son cruces de Calatrava y representan las armas de la familia Feliu, propietarios de Son Bernadàs Vell, conocido actualmente como l’Hermitage. Una cruz, sobre los peñascos, indica el límite de la finca y la otra, más hacia dentro, el límite de término.

Nos dirigimos hacia poniente para iniciar el descenso. Pasamos una pared divisoria y entramos en un pequeño valle. Pronto encontramos hitos que debemos seguir con mucho cuidado. Pasaremos un par de rotlos de sitja hasta alcanzar el camino del pas de l’Escaleta [2 h 20 min]. Giramos a la derecha, en sentido ascendente, hasta encontrar un indicador de madera que nos señala las dos direcciones del camino, Orient y Alaró. Aquí dejamos el camino principal por la izquierda y tomamos otro que conduce al pas de l’Estaló y a Orient, por dentro de Cals Reis. Enseguida inicia una subida suave hasta alcanzar una especie de collado o mirador [2 h 45 min], a la izquierda del cual nace un nuevo camino, que seguiremos a partir de ahora. Aunque se encuentra invadido de vegetación, es fácil observar su amplitud y buena construcción. Encontramos el final de este camino sobre un gran rotlo de sitja con una barraca, bien visible a nuestra izquierda. Desde aquí continuamos cuesta arriba –bastante empinada, por cierto– hasta topar con una pared de piedra seca. El sendero continúa hacia la derecha hasta muy cerca del acantilado, donde gira a la izquierda y sube directo a la cima de la Talaia de Cals Reis [3 h 10 min]. Aquí se encuentra una construcción de época talayótica, una doble grada circular que podría haber sido un punto de control o una explanada de usos rituales.

Pas de l’Estaló

Continuamos la marcha hacia llebeig, cresteando; al principio siguiendo un pequeño sendero y luego fuera de camino, con algún hito disperso. Siempre rozando el acantilado, a nuestra derecha, mantendremos la dirección hasta situarnos justo sobre el pas de l’Estaló, donde parece que no hay continuación posible. Por la derecha del peñasco encontraremos el paso de descenso que nos dejará sobre el camino que conecta con las casas del Rafal [3 h 45 min]. Giramos a la izquierda y nos dirigimos hacia esta posesión alaronera por un sendero claro y bien marcado (sureste/sur), que atraviesa un pequeño collado y un valle bien vestido de encinas. [4 h 10 min] Dejamos las casas del Rafal a la derecha y continuamos por una pista que rodea el peñasco de la Galera. El descenso es rápido. Nos detenemos, sin embargo, a la altura del coll de la Bastida, a nuestra derecha. Pasamos de una vertiente a otra y continuamos hacia la font de la Bastida [4 h 25 min]. El agua de esta caudalosa fuente fue declarada en mayo de 1966 de utilidad pública y hasta finales de los años 90 abasteció la planta embotelladora de la Bastida.

Continuamos camino abajo hasta la antigua instalación industrial [4 h 45 min], encontramos la salida a la izquierda del portillo principal y nos dirigimos hacia Alaró por el camí de Son Borràs. Entramos en Los Damunt y terminamos la caminata frente a las casas de la Bastida [5 h 10 min].