El puerto de Estellencs por las antiguas rondas de vigilancia

El puerto de Estellencs por las antiguas rondas de vigilancia

Itinerario fácil y asequible por un sector de la costa norte de Mallorca que ha sido refugio de pescadores y puerta de entrada de piratas

La siguiente propuesta es una ruta fácil y agradable, accesible para todas las edades e ideal para hacer en familia. Vamos a explorar una pequeña parte del paisaje cultural de la Serra de Tramuntana. Queremos recorrer el camino que comunica el pueblo de Estellencs con su puerto, un roquedal que alberga un pequeño restaurante y un refugio de embarcaciones deportivas y de pesca. Un itinerario circular que nos acerca al litoral de la costa norte, al tiempo que nos permite descubrir la perspectiva singular de un “bonito pueblo situado en un pliegue de las colinas, con peñascos detrás, cumbres grises con luz y sombras; por delante, el valle se abre hacia el mar por laderas cubiertas de almendros, olivos y coníferas”, tal como lo describió la escritora británica Margaret d’Este durante su visita, la primera en 1906.

El punto de partida lo situamos en la misma parada del bus TIB (L-202 y L-131), en pleno centro del pueblo, entre la Casa de la Vila y la iglesia parroquial. Un conjunto urbano atravesado por la Ma-10, por lo que recomendamos prestar atención y movernos con mucho cuidado, ya que, según el día de la semana, el tráfico puede ser intenso en este punto. No obstante, tanto el camino que seguiremos como las callejuelas interiores del pueblo son muy tranquilos y pacíficos, ideales para los caminantes. El camino que usaremos para bajar se conoce como camí del Port y el de subida recibe el nombre de camí del Fenollar y camí de la Mar. “La existencia de un camino al puerto de Estellencs se conoce desde el año 1580, en que se reclamaba la necesidad de reparar el camino empleado para hacer las rondas de vigilancia del mar, que hacían a caballo los propietarios de la Caballería de Estellencs” (Guia dels pobles de Mallorca, 2003).

La ruta

[00 min] Iniciamos nuestra particular excursión en la plaza de la Constitución, frente a la iglesia parroquial de Sant Joan Baptista, del siglo XVII, cuya alta y robusta torre-campanario sin duda llamará nuestra atención. Su presencia está bien justificada por los numerosos episodios de razias, desembarcos y ataques que ha sufrido esta zona, sobre todo en los siglos de asedio pirata hacia nuestra isla. Por la calle Eusebi Pascual vamos saliendo del pueblo en dirección a Andratx. Dejamos a izquierda y derecha los restaurantes Montimar y Vall-Hermós, y en cuanto nos situamos a la altura del hotel Maristel [05 min], debemos ver a la derecha el camino que baja al puerto y a la cala. Encontraremos abundante señalización para orientarnos visualmente en este tramo de ruta.

Esta vía, antigua carretera o camino viejo de Andratx, recibe ahora el nombre de Eusebi Estada. Nada más entrar en ella, topamos con el panel de la Ruta de Pedra en Sec (GR-221) y los indicadores que nos orientan hacia el refugio de la Coma d’en Vidal, es Capdellà, Cala d’Estellencs y el puig de Galatzó. Unos metros más adelante, un camino parte hacia la derecha. Es el descenso a la cala por el camí de la Mar, por donde subiremos luego, y continuamos recto en dirección a Andratx. Ahora la vía gira a la derecha y bordea el aparcamiento público (a la derecha). Pasamos junto a la finca de l’Olivar y pronto alcanzamos la bifurcación que nos interesa. [10 min] Giramos por el camino de la derecha e iniciamos el descenso a la cala, a la altura de un aljibe que hace esquina entre ambas vías. Estamos en el camí del Port, un sendero estrecho y asfaltado, rápido y precipitado, que atraviesa un paisaje rico y variado, con huertos de cítricos, viñas y algunas balsas. Tras un par de curvas [20 min], el camino acaba alineándose con el torrente que surca el interior del barranco que tenemos a la derecha.

Justo donde el camí del Port cruza el torrente e inicia el regreso al pueblo por el camí de la Mar, encontramos a la izquierda el acceso escalonado a la cala [35 min]. El ilustrado mallorquín Jeroni de Berard describió el lugar en 1789 como “una cañada y caletón con una peña en la desembocadura por donde desagua un torrente que nace en la cima de la montaña de Galatzó y baja por una finca Arillar (probablemente la posesión del Millar, vecina del torrente que baja de la parte más alta del barranco de Son Fortuny), muy cerca del lugar y al norte de éste”. Vale la pena dedicar un tiempo a recorrer el espacio, desde el paso elevado que hay bajo el risco, donde encontramos una pila que recoge el goteo de agua dulce, hasta el antiguo muelle de pescadores, ahora varadero de embarcaciones deportivas.

Regresamos al pueblo por el camí de la Mar [55 min], también llamado del Fonollar, que es la continuación del que hemos seguido hasta aquí. Nada más comenzar, afrontamos una fuerte subida que nos acerca a los riscos de la izquierda. Empezamos a disfrutar de una nueva perspectiva del valle y del puerto. Dejamos a la izquierda el camí de cal Torrer y justo después pasamos por debajo de una casa construida bajo una peña y encajada dentro de una balma, un ‘pequeño Cosconar’ (por semejanza con la imagen casi icónica de esa posesión de Escorca, situada bajo los riscos del puig Roig). Dejamos a la derecha la depuradora municipal y llegamos a un cruce. A la izquierda sale el camino que unía el pueblo con el antiguo campo de fútbol. Nosotros giramos a la derecha por encima del puente que cruza el torrente [1 h 10 min], una infraestructura de los años 50 con una señal inconfundible de la época. Se trata de una placa, situada en la cara exterior del puente, que dice en castellano: “Bajo el signo de Franco, se hizo el Movimiento Nacional Sindicalista, 18 de julio de 1953”. Dejamos a la derecha las casas del Fonollar y recorremos los últimos metros del camino antes de entrar en el pueblo.

La plaza del Triquet

[1 h 20 min] La calle dels Magraners marca el inicio del tramo urbano, que primero nos acercará a la plaza del Triquet. Aquí se alza la casa de can Tem Alemany, dotada de una sólida y soberbia torre de defensa, edificada muy probablemente durante el siglo XVI –como la torre-campanario de la iglesia parroquial. Aquí, en una de las estancias de los pisos superiores, fue donde el Archiduque decidió la compra de Miramar a comienzos de 1872, durante su segunda estancia en Mallorca. Desde esta torre de defensa, “mis pensamientos volaban hasta aquella de Miramar y dije: ‘¡Qué hermoso sería pasar tales horas en aquella terraza!’. Ésa fue la primera idea de la adquisición de Miramar” (Lo que sé de Miramar, 1911). Además, en la recopilación de rondallas mallorquinas realizada por Antoni Maria Penya, a instancias del Archiduque, encontramos una referida al desembarco de moros en las costas de Estellencs. Nuestro recorrido termina en la vecina plaza de la Constitución [1 h 30 min].