El pla de sa Bassa, un cruce de caminos de sacrificada historia

El pla de sa Bassa, un cruce de caminos de sacrificada historia

Un agradable recorrido por los alrededores de Deià a través de una compleja red de caminos que expresa los usos y oficios tradicionales de la Serra

Los caminos son la memoria de nuestros pasos, y los caminos que no se transitan se pierden, decía mi buen amigo Miquel Rayó en su libro Memòria de camins (2022, Nova Editorial Moll). En este itinerario nos proponemos ‘hacer cima’ sobre el pla de sa Bassa, una importante encrucijada de caminos de sacrificada historia. No en vano, la importante red de caminos de la Serra de Tramuntana no tenía otra función que servir de acceso a los puntos de producción de carbón y cal, de extracción de leña y càrritx y de pasto para los rebaños de animales, principalmente ovejas. Donde hoy buscamos rutas de senderismo, en otro tiempo habríamos encontrado una especie de polígonos industriales construidos con la sacrificada voluntad de personas con un único objetivo: el aprovechamiento del entorno en beneficio de la comunidad. Todo ello nos ha dejado también un importante legado en forma de paisaje cultural, del cual la toponimia es un elemento clave para su interpretación. En este caso, mi informante ha sido Bernat Coll Homar, de Deià, buen amigo, maestro y gran caminante. Descubriremos también los límites insospechados de posesiones como Can Prohom, de Sóller, parte importante de la antigua alquería musulmana de Castelló. Según el Archiduque, en el año 1865, Can Prohom tenía 221 ha de extensión, incluidas las 136 ha situadas dentro del término de Deià. Como siempre, disponemos de transporte público para llegar hasta Deià, la L-203 (consultad los horarios en el sitio web tib.org).

La ruta

[00 min] Iniciamos la caminata por la calle de Can Canals, justo detrás de la parada del bus TIB, a la salida de Deià en dirección a Sóller. El camino asfaltado, empinado y sinuoso se eleva ladera arriba, a los pies de los contrafuertes del Teix, entre los dominios del hotel de lujo La Residència –instalaciones formadas por la suma de dos posesiones, Can Canals y Son Moragues– y un conjunto de chalets, la mayoría de los cuales se ubican en las antiguas tierras de Son Fony, aunque por ese entorno también encontramos Can Fussimany, parcialmente urbanizado. [05 min] Cuando el camino parece allanarse un poco, debemos ver a la izquierda una escalera empedrada, estrecha y empinada, que nos permite conectar con el vial de la urbanización, interceptado por una barrera infranqueable.

La pista termina a las puertas de un chalet. Un centenar de metros antes, a la izquierda, tenemos el inicio del camino empedrado que nos llevará, de entrada, a la font de sa Senyora. Al poco pasamos un portillo sin barrera [20 min] que marca el límite entre Can Fussimany y Ca l’Abat. Transitamos entre una zona boscosa y unas terrazas de olivos bien aireadas. Después de un breve zigzag, encontramos una cisterna redonda tapada, a la izquierda del camino, y unos metros más arriba, la fuente, a la derecha [30 min]. Según el sitio web Fonts de Tramuntana, el agua de la font de sa Senyora empezó a comercializarse en los años 80 y constituye un sistema de captación de recursos hídricos de tres fuentes de mina, situadas muy cerca unas de otras. Seguimos ganando altura por un antiguo camino de herradura –con marcas de pintura amarilla– que nos acercará ahora a una zona de terrazas, amplia y bien soleada, llamada Ses Rotes [40 min]. Al poco, a la izquierda, sobre el pequeño valle que se abre hacia Ca l’Abat, encontramos el viejo porche de ‘ses rotes del coix Boi’. Un poco más arriba, pegado al camino, ‘ses rotes del Jai’. Aquí, el camino gira a la izquierda, en diagonal ascendente, hacia el interior del bosque de montaña.

Pasamos un portillo sin barrera –probablemente en los límites de Deià de Can Prohom– [50 min]. El camino nos deja sobre una bifurcación, a los pies de un pequeño valle bien empinado, por donde antiguamente pasaba un camino de carro que enlazaba todo un rancho carbonero. Sin miedo y con buen paso subimos cuesta arriba, siguiendo el trazado, casi imperceptible, del camino. Encontramos un par de desvíos hacia la izquierda; en uno de ellos, el primero, veremos los restos de un viejo carro de metro, usado antiguamente para que cupieran los troncos de pino cortados, de unos 2,10 metros de largo. Continuamos todo recto hacia arriba hasta topar con un nuevo camino, ancho y limpio, que atraviesa la parte más alta del valle [1 h 05 min].

Hacia la derecha, el camino nos llevaría al pas d’en Marc, vertiginosa ruta para acceder al puig de sa Galera (908 m). Giramos a la izquierda y poco después a la derecha en dirección al pla de sa Bassa, al que llegamos en un momento [1 h 10 min]. En medio de una importante encrucijada de caminos, un viejo porche con una pequeña cisterna y una gran balsa para abrevar a los animales. Una infraestructura que revela sin problemas la intensa actividad que debía llevarse a cabo en ese lugar para el aprovechamiento del bosque a través de lo que hoy llamamos ‘oficios tradicionales de la Serra’: la producción de carbón y cal, la extracción de leña y càrritx, además del trajín permanente de pastores de cerdos, ovejas e incluso bueyes. Salimos del llano hacia gregal (noreste) por un camino de carro que rápidamente se encajona dentro de un estrecho valle; dejamos a izquierda y derecha caminos que nos llevarían a los pasos de s’Osca de Ca l’Abat –la bajada a Son Coll– o de los acantilados de Can Prohom –de subida al puig del Moro y sa Galera.

Can Prohom y Son Mico

Dejamos un horno de cal a la izquierda y unos metros más abajo topamos con una barrera metálica con botador a mano izquierda [1 h 30 min]. Dejamos atrás el bosque de montaña y entramos de lleno en los antiguos cultivos en terraza. El camino nos conduce a una última barrera tras la cual salimos al camí de Castelló –GR-221– [1 h 55 min]. Hacia la derecha, tenemos las casas de Can Prohom y Son Mico, además del oratorio de Castelló. Antes de continuar a la izquierda en dirección a Deià, nos acercamos un momento al mirador de Son Mico. Para acceder, pasamos el portillo que tenemos a la izquierda de la rotonda que forma el camino de carro y tomamos una senda que apunta directa al acantilado sobre el mar de Alconàsser. A la izquierda del camino hay un sendero que nos conduce al mirador [2 h 00 min].

Volvemos al camí de Castelló y nos dirigimos hacia Deià. Primero pasamos por la font de ses Mentides y después por la vieja posesión de Son Coll, antigua heredad de na Matona. Finalmente, el camino nos lleva a los viales de la urbanización de ses Coves, desde donde conectamos directamente con la carretera Ma-10, entre los kilómetros 60 y 61 [3 h 00 min]. Giramos a la izquierda y, sin abandonar el asfalto, llegamos a Deià, donde terminamos la ruta justo en el mismo lugar donde la hemos comenzado [3 h 20 min].