Camino de la Figuera, tras el eco de un pasado no muy lejano

Camino de la Figuera, tras el eco de un pasado no muy lejano

Tresca por una parte de la red extensa, rica y bien conservada de caminos de herradura de Sóller, llena de historias y leyendas

“El valle de Sóller, encerrado entre el puig del Teix al oeste, la Serra de Alfàbia y la de Son Torrella al sur y el puig Major y la montaña de Montcaire al este, dispone de una de las redes de caminos de herradura más extensas, ricas y bien conservadas de la isla de Mallorca, conjunto que forma un patrimonio histórico, cultural y etnológico de primer orden”. Con esta descripción tan precisa como acertada del buen amigo y maestro sollerense Antoni Reynés Trias, nos calzamos las botas y nos colgamos la mochila a la espalda –bien hidratados, con sombrero y crema solar a mano– para disfrutar de un sector del “valle de los naranjos”. Si utilizamos transporte público para llegar al inicio del itinerario –rotonda de la Figuera, a la salida del túnel de la Mola, en el puerto de Sóller–, estas son las líneas que paran en ese lugar: L-203, 204, 231 y 232 (consultar horarios en el sitio web tib.org).

La ruta

[00 min] Desde la misma rotonda de salida del túnel de la Mola hacia el puerto de Sóller, caminamos en dirección al camino de la Figuera (Ma-2124), con el puig de Bàlitx de frente. Un cartel nos recuerda que esta es una “vía construida por prisioneros republicanos”. En diciembre de 1936 se abrió el campo de concentración del Llatzaret (playa d’en Repic), donde más de cincuenta prisioneros gubernamentales trabajaban como mano de obra esclava en el acondicionamiento como carretera del antiguo camino carretero de Muleta (del puerto al faro) y del camino de Sóller al puerto, que pasa por el collado d’en Marquès y la posesión de Sa Figuera. Es un camino asfaltado que, en suave ascenso, recorre una interesante zona de olivares y huertos, con una estructura que se repite por todo el valle. Avanzamos hacia nordeste, paralelos al torrente de la Figuera.

Pronto, una señal de madera de la Ruta de Pedra en Sec del Consell de Mallorca nos saca de la calzada y nos introduce en el bello, encantador e histórico caserío de la Figuera [10 min], documentado en el siglo XIV, con la monumental torre de defensa de Can Bardí de la Figuera. El camino empedrado bordea las casas y el torrente, y sube hacia las casas de Ca s’Hereu [20 min] con el nombre de camino de la Coma. Unos metros antes de llegar, el camino se ensancha para permitir el paso de vehículos desde la carretera de la Figuera. Hay que estar atentos a las estacas de madera, porque tras pasar las casas giramos a la derecha por un nuevo camino de herradura que nos lleva a la bucólica fuente de la Pica [30 min]. Según el sitio web Fonts de Tramuntana, aunque se encuentra dentro de la finca del Bosc, su agua pertenece a Ca s’Hereu y Can Gordo. La fuente nace en un rincón del camino, bajo unas rocas, mediante una pequeña mina. El agua sale por un canalillo a una pila –que le da nombre–, aunque en realidad es un lavadero; atraviesa el camino y por una acequia llega hasta las casas mencionadas.

Proseguimos nuestra caminata por un camino bellamente empedrado, que rezuma antigüedad. Un corto tramo de subida desemboca en un camino asfaltado, junto a las casas del Bosc, a la derecha. Nos encontramos rodeados de un bello y bien cuidado olivar.
[40 min] Salimos nuevamente a la carretera de la Figuera (Ma-2124), que seguimos en sentido ascendente hasta llegar al collado d’en Marquès [50 min], donde encontramos nuevas señales. Giramos a la izquierda, por el camino de Cas Bernats, solo unos metros para, a continuación, continuar por el camino de la Figuera, Fornalutx, Tuent y la Calobra. Justo al empezar, enfrentamos un tramo empinado y escalonado hasta salir entre las casas de Can Bonjesús –a la izquierda, en ruinas– y Can Bresca –a la derecha– [55 min]. El camino continúa hacia sureste, entre terrazas y con muy buenas vistas hacia el interior del valle y las montañas que lo rodean. Nos espera todavía una pequeña subida, con un sencillo tramo con cable, para facilitar el paso por una zona afectada años atrás por un desprendimiento.
[1 h 00 min] El camino desemboca en un camino carretero, llano y cómodo, que ya no dejamos hasta alcanzar el cruce con el camino viejo de Bàlitx [1 h 15 min]. Aquí giramos a la derecha e iniciamos el descenso, que nos llevará hacia les Argiles y l’Horta.

Probamos aquí una muestra más de esa extensa, rica y bien conservada red de caminos de herradura que surcan el valle de un lado al otro. Bàlitx d’Amunt y, desde mediados del siglo XX, el mirador de les Barques marcan la confluencia de un buen número de caminos que desde antiguo constituían la principal vía de comunicación de Sóller y Fornalutx con Tuent y la Calobra, dentro del término municipal de Escorca. Caminos donde aún se respira la lucha esforzada y persistente por la supervivencia, donde aún se oyen los quejidos cansados de los arrieros o las confidencias solidarias de las recolectoras mientras caminan hacia los olivares, los sueños compartidos de las familias campesinas o los recuerdos glosados de hechos trágicos de un pasado no tan lejano. Como la muerte de la joven Margalida Servera, de 16 años y natural de Algaida, en un accidente laboral en la posesión de Bàlitx, en enero del año 1910. Su prometido, Sebastià Company, encargó al también algaidí Bartomeu Montserrat, mestre Tomeu Memes, una balada en recuerdo de la joven que acabó haciendo inmortal al personaje:

“L’amo de Bàlitx m’envia, missatges i jornalers...
Na Margalida ja és morta! Oh punyalada més forta,
no la rep cap cristià!”

Iglesia de la Mare de Déu de la Victòria

[1 h 30 min] Pasamos las casas de Can Costurer y a continuación cruzamos la carretera de los embalses (Ma-10), a la altura de Can Bisbal. Alternamos caminos de herradura, pequeños tramos asfaltados y caminos carreteros. Salimos al camino de Son Blanco y de ahí al camino de les Argiles [1 h 45 min], justo frente a Can Puput. Giramos a la izquierda y avanzamos en dirección a Sóller hasta topar con el camino de Can Domàtiga, a la derecha, que nos ha de acercar a l’Horta. Es un tramo corto de camino asfaltado que desemboca en el camino de la Figuera de Baix. Giramos a la derecha, guiados por el campanario de la iglesia parroquial de la Mare de Déu de la Victòria. Erigido en 1923, el templo estaba originalmente dedicado a la advocación de san José de la Montaña, que presidía el retablo neogótico.
[1 h 55 min] Dejamos la iglesia a la derecha y continuamos todo recto en dirección al puerto por el collado d’en Borrassà (norte/noroeste).

Cruzamos nuevamente la carretera de la Serra (Ma-10) y nos dirigimos hacia las casas de Can Tamany [2 h 05 min], donde recordamos a las valientes mujeres –ellas también participaron en la lucha sollerense contra los piratas el día de Sant Ponç de 1561– y disfrutamos de una hermosa muestra del arte de la teja pintada, en el alero de las casas. Solo nos queda subir al collado y tomar el primer camino a la izquierda para bajar en dirección al puerto de Sóller, donde salimos por la rotonda del túnel de la Mola, sobre el torrente de la Figuera, donde cerramos el circuito y concluimos la caminata [2 h 30 min].