El monte de Can Groc, entre los valles de Ternelles y Cuixac
El monte de Can Groc, entre los valles de Ternelles y Cuixac
Itinerario exigente que requiere buena pierna y sentido de la orientación, pero que nos regala las más bellas vistas del entorno de Pollença
Una de las primeras referencias al puig de can Groc (556 m) la encontramos reseñada en el Die Balearen (Las Baleares, descritas por la palabra y la imagen) de 1884. En el volumen quinto, cuando llega a Pollença, lo primero que menciona el archiduque Luis Salvador son las “magníficas caminatas” que pueden hacerse por todo el entorno, especialmente hacia el norte. Su primera opción es el valle de Ternelles. Cuando llega al “angosto valle del estrecho de Ternelles”, nos indica que la montaña de la derecha se llama puig de la Font y la de la izquierda, de Can Puça (aunque el topónimo real es Can Punxa y el de la montaña, puig de les Dones de Can Sales). Habla también de dos molinos, de can Petit y de can Gormes, “dominados por el puig de can Groc, llamado así por su color amarillento al atardecer”.
El músico pollencino, gran excursionista y, sobre todo, “enfermo de toponimia”, Joan Campomar Cerdà Meneta, a quien debo agradecer mucha de la información vertida en esta ruta, me ha ayudado a situar la toponimia (y la multitud de microtopónimos que delimitan aquella zona) de la serra de la Font y del puig de can Groc, estribación noroeste de la serra de Cornavaques, también llamada d’Escornavaques (Notib). Fue a él, precisamente, a quien el amo en Francisco de can Vela le contó otra versión sobre el topónimo de can Groc. En lugar de un bucólico “color amarillento al atardecer”, este viejo y sabio campesino lo relacionaba, por experiencia propia, con un pequeño llano de carritxeres (una especie de hierba) en la banda de gregal del puig, donde a veces sembraban trigo. Está claro que no se desaprovechaba ni un palmo de tierra, ni en la Serra ni en el Pla. Puedes consultar la web de Joan Campomar (malaltsdetoponimia.wordpress.com), donde encontrarás mucha y jugosa información.
El punto de inicio de la ruta lo situamos en la rotonda de can Berenguer (Teixits Vicens, para entendernos), en el km 0 de la Ma-10. Podemos llegar a Pollença en transporte público (consulta los horarios en la web tib.org). La estación central de autobuses se encuentra en la calle Cecili Metel, justo detrás del antiguo convento de Sant Domingo, a tan solo veinte minutos del comienzo del itinerario.
La ruta
[00 min] Iniciamos la caminata desde la misma rotonda de can Berenguer, desde donde salimos en dirección a Lluc; apenas unos pasos, porque enseguida giramos a la derecha por el camí de la Font. Dejamos a la izquierda el antiguo campo de fútbol de Ca n’Escarrinxo, escenario final de la batalla entre pollencinos y piratas por la Patrona (Día de la Mare de Déu dels Àngels, 2 de agosto). Avanzamos hacia mistral, de cara a la montaña, por este antiguo camino, reconvertido a mediados de los años 60 en vial de acceso a la urbanización de la Font. Un enclave residencial no exento de polémica por el impacto ambiental y visual que tiene sobre las laderas interiores, más próximas al pueblo, de la serra de Cornavaques.
Tras un largo y rectilíneo tramo [15 min], el camino gira suavemente a la derecha. Poco después, debemos girar a la izquierda y de nuevo a la derecha para ascender hacia la parte más alta y montañosa de la ruta. Se ha acabado el paseo llano: ahora el camino asfaltado gana altura por la ladera rocosa de la urbanización, al tiempo que empezamos a saborear las más bellas vistas del valle de Cuixac y de Pollença, del puig de Maria, de la serra de la Punta o del Cavall Bernat. Tras tres curvas, el vial que seguimos muere sobre una explanada [45 min], a unos 150 metros de altura, que durante el día actúa como mirador y por la noche —se comenta— como lugar de furtivos y apasionados encuentros. Unos metros antes de llegar, debemos haber visto a nuestra derecha un camino ancho que lleva hasta una pequeña antena o repetidor. Desde ese punto nace un sendero que debemos seguir, remontando la vaguada, en dirección a poniente.
Estamos en el canal dels Cocons, por los pequeños charcos que encontramos en el interior del torrente. Antiguamente, parece que discurría por allí un viejo y precario camino de herradura, por la vertiente derecha de la vaguada, que con el paso del tiempo ha ido desapareciendo. Aun así, todavía son visibles en algún tramo las huellas de esta modesta y atrevida infraestructura, en forma de pequeños fragmentos del muro que sostenía el camino. La traza del sendero es clara y está bien señalizada, y apunta hacia un primer collado.
[1 h 05 min] Se trata de un pequeño llano que nos sitúa cerca de la cota de 300 metros, con dos puntos de observación, dos miradores naturales, a nuestra izquierda, marcados con dos grandes hitos. Retomamos nuestro camino, siguiendo los hitos que, como hasta ahora, se orientan hacia poniente. Debemos abrir bien los ojos para no desviarnos demasiado de nuestra ruta y del sendero que nos ha de llevar hasta la cima.
Puig de la Font
Poco a poco, observamos que la ruta nos sitúa sobre la cresta de la serra de la Font, que toma el nombre de la font de Cuixac, también conocida como Ull de la Font. A nuestra izquierda, las laderas caen vertiginosamente sobre el estrecho de Ternelles. A pesar de los restos, ahora ya apenas reconocibles, de un viejo camino, el sendero es cada vez más empinado y el terreno, rocoso. La vegetación es escasa, fundamentalmente mata y càrritx.
[1 h 35 min] Alcanzamos un segundo escalón, donde encontramos a la izquierda una especie de cima. Es el puig de la Font (381 m), una nueva oportunidad de saborear el paisaje cultural y el patrimonio natural de este entorno pollencino. Continuamos la caminata hacia el puig de can Groc.
De inmediato cruzamos un llano, ancho y bien definido, con dos vertientes muy claras, a derecha e izquierda. Es el coll del canal dels Moliners, vaguada que nos queda al sur y que conecta directamente con el estrecho de Ternelles. A partir de aquí nos espera una nueva y exigente subida. Es un tramo de cresta de roca pelada que nos sitúa por encima de la cota de 500 metros. Seguimos los hitos que, a medida que ascendemos, nos desvían hacia la derecha, hasta una especie de collado. A partir de ahí tenemos dos opciones: una es atacar la pared de la izquierda de manera directa, con una sencilla trepada, y la otra, ganar la cresta haciendo un pequeño rodeo por la derecha. Por ambas vías encontraremos hitos. Pasaremos por el puig de les Aritges (508 m), señalado con un buen montón de piedras.
[2 h 15 min] La cresta finaliza sobre un collado a los pies del puig de can Groc.
Desde el collado, todo recto hacia arriba, siguiendo los hitos. Veremos que nos llevan hacia un pequeño paso a la izquierda del espolón que tenemos sobre nuestras cabezas. No es difícil ni peligroso, pero hay que ir con cuidado. Una vez superado el escalón, solo nos queda un breve tramo hasta la cima. El último reto es un pequeño paso que separa el último tramo de cresta de la cima. Una vez lo hemos cruzado, ¡ya hemos hecho cima!
[2 h 35 min] Estamos en el mirador perfecto entre los valles de Ternelles y Cuixac. El regreso a Pollença lo haremos por el mismo camino que a la ida
[4 h 45 min].