“La gente te dice cosas como: «Desconecta y ya verás como te quedarás embarazada»”

La otra cara de

Infertilidad

la maternidad

La otra cara de
la maternidad

Lara Bonilla

Fotografía

Francesc Melcion

Sara Cabarrocas

7 de febrero de 2020

INFERTILIDAD: "Imposibilidad para llevar a cabo una gestación a pesar de quedar embarazada". Aunque se usan habitualmente como sinónimos, esterilidad e infertilidad no son médicamente lo mismo. Es un ejemplo más del desconocimiento que existe en torno a la salud reproductiva femenina. La fertilidad la damos muchas veces por supuesta, hasta que aparecen los obstáculos. Y al coste emocional y económico de la infertilidad, se le tiene que sumar otra carga: la presión social para tener hijos y el secretismo con el que se lleva. Seis mujeres y un hombre hablan del tema sin rodeos y reivindican la infertilidad como una parte más de la maternidad, incluso cuando al final del trayecto no llega el ansiado 'bebé milagro'.

"El día que decidí
que se acababa,
me sentí liberada"

Míriam Aguilar

42 años

Diseñadora
de complementos

"Los primeros años no lo contaba por vergüenza. Me sentía mal por ser la única mujer de mi entorno que no era capaz de quedarse embarazada o de tener un hijo. Como si la culpa fuera mía. A veces, incluso había pensado: ¿y si es que no lo deseo lo suficiente? ¿Y si es que realmente no quiero ser madre? Sentía que mi cuerpo no era igual que el de otras mujeres. Esto está mal planteado porque la infertilidad es algo natural, forma parte de la maternidad también".

La Míriam de hoy no es la de hace diez años, la que no contaba, por vergüenza, sus problemas de infertilidad. Hoy es una mujer que llama a las cosas por su nombre. Cansada de la historia del 'bebé milagro', la de mujeres que tras años de lidiar con la infertilidad y someterse a múltiples tratamientos de reproducción asistida acaban teniendo ese hijo tan deseado, Míriam reivindica otra figura: la de la mujer sin hijos. Porque la infertilidad, dice, también es eso, y no siempre termina con un bebé en brazos. Cuatro puntitos tatuados en el reverso del brazo, uno por cada hijo que no nació, son el recuerdo gráfico de los cuatro abortos que ha sufrido. Su límite era la reproducción asistida. "No queríamos porque nos parecía un negocio, porque pensaba que era luchar contra lo que mi cuerpo me estaba diciendo, porque era mucho dinero para tener un hijo y también por la presión de si iba mal. Pero cuando llegó el momento y vimos que de manera natural no tendríamos un hijo, pensé que quizás estaba poniendo una barrera para quedarme embarazada de otro modo que no es ni mejor ni peor". Finalmente, ella y su pareja hicieron una excepción y lo intentaron con una ovodonación, que no funcionó. Y diez años después de convivir con la infertilidad, decidieron dejar de intentarlo. Tenía 41 años. Le faltaba un año para los 42, la edad que se había marcado como límite para ser madre.

Cuándo decir basta

Míriam Aguilar "Ponerse un límite es esencial porque la sociedad te empuja a seguir intentándolo: «Ya verás que la próxima será la buena». Y eso es presión. ¿Por qué a las mujeres que siguen intentándolo les dicen que son muy valientes? En cambio, a las que decidimos dejarlo nos ven como las pobres que no lo han conseguido. ¿Hasta cuándo tenía que seguir intentándolo? Quizás al final acabo teniendo un hijo y me doy cuenta de que tampoco soy más feliz que antes". "El día que decidimos que se acababa me sentí liberada. Había hecho lo que había podido y mi cuerpo no podía, lo tenía que aceptar".

Entre el 15 y el 20% de las parejas en edad reproductiva tienen problemas de fertilidad

Ariana Ruglio "Dónde se pone el límite es una cuestión muy personal. Yo ya tengo una hija. Quizás si no tuviera hijos lo seguiría intentando. O puede que no. Creo que el límite lo tienes que poner cuando ya no puedes más. Detenerte y mirar tu vida. A mí la idea de vivir todo esto en bucle me horroriza. También es ser valiente decir: «Hasta aquí». Porque la vida es mucho más que eso. Y nuestro límite también fue mi voluntad de hacer más que de madre".

Sandra Arolas "Este era el último intento. De verdad. Suena extraño porque hemos insistido mucho, pero era el último también por temas económicos. Porque no es gratis. Y, después, son tratamientos hormonales muy fuertes y no me puedo pasar toda la vida hormonándome. Fuimos al médico con una carpeta supergorda y le dijimos: «Esta es la carpeta de los tratamientos, esto es todo lo que hemos hecho y es lo último que haremos»".

Ona Campillo "Yo eternamente no lo intentaré. El límite existe porque somos conscientes de que llevamos dos años intentándolo, hemos tenido cuatro abortos, estamos con in vitros y el dinero es el que es. Esto condicionará bastante".

Sandra Albert "Si me hubiera tocado la lotería yo habría seguido intentándolo pero era mucho dinero y descartamos seguir por una cuestión económica".

Ciclos iniciados de fecundación in vitro y de inseminación artificial

FUENTE: CATALUNYA / SEF 2017

CICLOS

35.000

33.380

30.000

Aumentan

17%

25.000

20.000

15.000

Disminuyen

8,6%

10.000

8.013

5.000

2014

2015

2016

2017

AÑO

CICLOS

35.000

33.380

30.000

Aumentan

25.000

17%

20.000

15.000

Disminuyen

8,6%

10.000

8.013

5.000

2015

2016

2014

2017

AÑO

CICLOS

35.000

33.380

Aumentan

25.000

17%

15.000

Disminuyen

8,6%

8.013

5.000

2015

2016

2017

2014

AÑO

Fecundación in vitro Inseminación artificial

“¿Cuántos abortos tengo
que sufrir para tener suerte?”

Sandra Albert

48 años

Administrativa
en paro

"Nos dijeron: «Id probando a ver si tenéis suerte». ¿Cuántos abortos tengo que sufrir para tener suerte? Cada vez que tienes uno, físicamente es un desgaste, aparte de que psicológicamente es muy duro. Para mí era un disgusto muy grande. Era un fracaso. Yo lloraba y mi pareja me decía: «No llores». A ver, yo necesitaba llorar, tenía derecho a estar enfadada y tenía que hacer mi duelo. Y eso también provocaba bastantes tensiones".

Tras tres abortos en las primeras semanas de gestación, un embarazo ectópico y un peregrinaje médico, Sandra y su marido supieron que sus embarazos nunca serían viables por un problema genético de él. Saber la causa fue un alivio, sobre todo para quitarse la culpa de encima. Recurrieron a la reproducción asistida y después de tres fecundaciones in vitro fallidas que no explicaron a su entorno, Sandra Albert aceptó que nunca tendría hijos. Por el camino, la relación de pareja se agotó y ella se rehízo del desgaste emocional y físico de tantos años de intentos frustrados. Después de habérselo "tragado" todo ella sola, encontrar a un grupo de mujeres que habían pasado por lo mismo la ayudó a sentirse comprendida y a ser de ayuda para otras mujeres.

La relación de pareja y el sexo

Sandra Albert "Cada uno lo vivió a su manera. Él se encerró en su mundo y yo en el mío. Nos distanciamos. No supimos encontrar la manera de pasar esto juntos y de que fortaleciera la relación en vez de debilitarla. Hemos terminado separados. Y creo que esto fue una causa muy importante porque además él nunca se quiso plantear una adopción. Yo no concebía mi vida sin un hijo. Y para mí era muy complicado ver que él no quería ponerle remedio".

Míriam "No se puede decir que nos haya afectado negativamente, hay cosas que a veces unen. Quizás sí afectó al sexo porque durante muchos años era tener relaciones sexuales en el momento en el que tocaba la ovulación, ¡y es horroroso! Es muy mecánico cuando algo que es natural en una pareja lo utilizas para un fin. La finalidad del sexo es el sexo, no tener hijos".

Ona "El momento calendario me angustiaba mucho porque tanta planificación [de las relaciones sexuales] frustra. Al menos cuando empiezas el proceso de fecundación in vitro te quitas esa presión de encima".

Ariana "Mi sexualidad no es la misma que hace cinco años pero es que tampoco lo es mi idea de la reproducción. A mí ahora me da miedo quedarme embarazada porque me han dicho que el 99% de mis embarazos acabarán en aborto y, claro, tienes que ir siempre «con cuidado»".

"Nos acompañamos mucho. Él quería tener más hijos y, si fuera por él, lo habríamos vuelto a intentar, pero yo no. Hay que hablar mucho y ser muy sincero sobre lo que sientes y los miedos que tienes porque es fácil que una pareja se rompa en estos procesos".

Ona y Edu - O: "Hemos tenido la suerte de que nos hemos entendido y nos hemos ayudado mucho y creo que nos hemos hecho fuertes como pareja, nuestra desgracia nos ha unido".

- E: "A veces no sabes si estás acompañando de la manera correcta. Pero intentas estar a su lado, entenderla. Y, evidentemente, no tienes que hacerte el fuerte todo el rato. Todo esto también nos ha ayudado a entender que hay veces que uno tiene que tirar del otro. Hay días que yo estoy muy negativo y hay otros que lo está ella. Y al revés”.

"Tenemos embarazos
a nuestro alrededor y si dijéramos
que no afecta sería mentira"

Ona Campillo y Eduard Pi

31 y 32 años

Técnicos de comunicación

"Ahora mismo tenemos tres o cuatro embarazos a nuestro alrededor y si dijéramos que no afecta sería mentira. Acabas aprendiendo a aceptarlo, porque evidentemente te hace ilusión porque son tus amigos. Pero a la vez, piensas: ¿por qué me pasa a mí esto? Y lo asumes. No por tiempo que pase nos dejará de afectar. Tienes que asumir que te enfadarás. El duelo y la rabia se tienen que sacar".

Hace tres años empezaron a buscar su primer embarazo. Creían que sería "rápido y fácil", como habían visto en series y películas. Una regla más larga de lo habitual hizo que consultaran al médico, que les confirmaba que había habido embarazo... y pérdida. Durante los meses siguientes encadenan tres positivos más en el Predictor que o bien terminan en aborto o bien en embarazo ectópico. El momento más crítico lo vivieron cuando Ona, con una fuerte hemorragia, fue operada de urgencia por una perforación en la trompa. "En ese momento ya no sufres por si serás padre o no sino porque te puedes quedar sin tu pareja", dice Edu. Ahora saben que ya no pueden volver a intentar un embarazo de manera natural. Han acabado en urgencias demasiadas veces. El positivo en el test de embarazo, que para muchos es sinónimo de alegría, para ellos "es pánico". El suyo es, según les dicen los médicos, un perfil "clarísimo" de infertilidad y entran en lista de espera para hacer una fecundación in vitro en la sanidad pública. Paralelamente, comienzan también los trámites por la vía privada. Se encuentran en la mitad del proceso. Los entrevistamos días antes de hacer la transferencia del único embrión viable que han obtenido en su primera fecundación in vitro, que les ha costado alrededor de 10.000 euros. Lo están viviendo, dicen, "con el freno de mano puesto".

Presión social

Ona "Es un momento duro, te remueve emocionalmente y tienes momentos en los que te lamentas diciéndote que es culpa tuya. Ves a amigos que se embarazan cuando tú llevas dos años y medio intentándolo. Y encima la gente te dice cosas como: «Desconecta y ya verás que te quedarás embarazada. Solo tienes que dejar de pensar en ello»"

Sandra Albert "A nosotros nos preguntaban constantemente: «¿Y los niños, para cuándo?» Y cuando tienes problemas es complicado. Cada pareja sabe sus tiempos y sus cosas. Son preguntas que no deberían hacerse. Si una pareja llevan mucho tiempo juntos y no tienen hijos, por algo será, porque no quieren o porque no pueden".

Una de cada cuatro mujeres nacidas en la segunda mitad de los 70 no será madre, no porque no quiera sino porque no puede

Míriam "Hubo un momento en el que me pregunté: «Si yo no sintiera esta presión, ¿seguiría?». Te preguntas si estás haciendo todo esto porque quieres ser madre o porque necesitas ser madre para entrar dentro de los parámetros de cómo está montada la sociedad. Entendí que quería ser madre pero también era verdad que sentía mucha presión".

Glòria Labay "Vivimos en una sociedad pronatalista pero yo y mi pareja también somos una familia aunque no tengamos hijos en común".

Ariana "Parece que la maternidad tenga que ser el objetivo más deseado por una mujer. Es una cuestión patriarcal. La mujer debe ser madre y da igual lo que tenga que hacer, por lo que tenga que pasar, da igual si tu cuerpo está hinchado de hormonas y medicación, da igual si tus hijos se mueren durante el embarazo, debes volver a intentarlo y esto está muy vinculado a esta idea de que ser mujer significa ser madre".

IMPACTO FÍSICO...

Míriam "Las pérdidas eran brutales y el primer aborto fue el más bestia. En ese momento pensé: «¿Pero qué es esto? ¿Qué pasa?». Nadie te prepara para algo así y fui a urgencias. En ese momento me sentí... no maltratada, pero tampoco muy bien tratada. Necesitas a personas empáticas y yo no las tuve. Es que prácticamente lo perdí todo en el baño del hospital. Tenía la sensación de que a mí me había pasado algo muy bestia y de que tampoco le daban mucha importancia".

Sandra Albert "Acabé los tratamientos con quince o dieciséis kilos más. Con cada embarazo y cada in vitro engordaba dos kilos y no se iban".

Causas de la infertilidad

FUENTE: SEF 2017

40%FEMENINA 20,3%MASCULINA 20,8%MIXTA 12,8% DESC. DESCONOCIDA 5,9%DSP* 0,3%MIT** Sorry, your browser does not support inline SVG.

* Mujeres sin pareja masculina ** Parejas con enfermedades infecciosas transmisibles

...Y EMOCIONAL

Sandra Arolas "Después de los tres primeros abortos lo pasé muy mal y, de hecho, me costaba pasar junto a un parque infantil. Yo creo que no se convirtió en una obsesión aunque se podría haber convertido en eso, porque hicimos muchos tratamientos seguidos. Y por eso hubo un momento en el que dijimos basta y paramos durante un año antes de hacer la última FIV".

"Hubiéramos preferido no tener que hacer nada de todo esto porque el coste emocional, físico y económico habría sido mucho más bajo. Pero valía la pena. Con estos tratamientos tienes que tener muy claro que realmente quieres hacerlo. Y nosotros lo teníamos claro y, aún así, hay momentos en los que aparecen dudas".

Glòria "Yo me quedaba embarazada y luego los perdía hacia las 8 semanas. ¿Hasta cuántos abortos puedo soportar? Era un maltrato hacia mí. Y lo dejé por eso. La reproducción asistida parece que sea la solución mágica pero ni mucho menos. La tasa de éxito de una FIV es de un 30%, no es la panacea, detrás hay un negocio millonario".

Resultados de éxito FIV

FUENTE: ESPANYA / SEF 2017

CiclOs

140.941

TransferEnciAs

99.598

41% DE ÉXITo

GestacionEs

40.807

29,6% DE ÉXITo

21,7%

PARTOS

abortOS

S/D*

29.514

8.869

2.424

RECIÉN

naCIDOS

33.640

1,1 por parto

CiclOs

140.941

TransferENCIAS

99.598

41% DE ÉXITo

GestacionEs

40.807

29,6% DE ÉXITo

21,7%

PARTOS

avortOS

S/D*

29.514

8.869

2.424

RECIÉN

naCIDOS

33.640

1,1 x parto

CiclOs

140.941

TransferEncias

99.598

41% DE ÉXITo

GestacionEs

40.807

29,6% DE ÉXITo

21,7%

PARTOS

abortOS

S/D

29.514

8.869

2.424

RECIÉN

naCIDOS

33.640

1,1 por parto

* Gestaciones con evolución desconocida

COSTE ECONÓMICO

Sandra Albert "Nos gastamos mucho dinero. Todo era para los tratamientos, ni viajes ni nada, todo iba para este fin. Trabajábamos para esto".

Sandra Arolas "Hemos pedido créditos y hemos dejado de hacer cosas como tener una vivienda en propiedad o cambiar de coche. Al principio teníamos ahorros y ahora tenemos créditos. ¡Y dos niños, claro! Y es fantástico que sea así. Pero también tenemos créditos de tratamientos que no funcionaron y eso sí que es horroroso porque parece que no te puedas olvidar de lo que no fue bien".

El precio de una FIV sin contar la medicación (unos 700 euros) o técnicas adicionales como el diagnóstico genético preimplantacional (4.000 euros)

Ona "Nos han subvencionado, nosotros hemos pagado la mitad y los padres nos ayudan con la otra mitad, porque, aunque te dan muchas facilidades de financiación, la fertilidad es un negocio. Hay muchos intereses y nada te asegura que saldrá bien a la primera".

"Tengo ganas de no saber
qué día me tiene que venir
la regla"

Sandra Arolas

37 años

fotógrafa

"Llegó un punto en el que yo estaba cada mes mirando si me venía o no la regla, si me tenía que pinchar, si me ponía parches, si me tocaba ir al médico... Fue muy pesado. Pero aún así teníamos muchas ganas, por eso terminamos haciendo toda esta colección de tratamientos. Yo me notaba como desencajada. Son muchas hormonas y llega un momento en el que no sabes dónde estás".

Después de seis abortos, casi diez años de tratamientos, cuatro fecundaciones in vitro y doce transferencias de embriones, Sandra Arolas está embarazada de su segundo hijo. El hijo mayor llegó hace cinco años, con la primera FIV, después de tres embarazos naturales que acabaron en abortos. La causa de la infertilidad era un problema genético de su pareja. Está acostumbrada a punciones, jeringas y hormonas. Pero antes de la última FIV, con la que finalmente ha conseguido el tan ansiado segundo embarazo, necesitó parar durante un año y descansar. "Porque también necesito vivir sin pensar si me tengo que medicar. Tengo ganas de no saber qué día me tiene que venir la regla. Que las cosas sean normales". Ahora solo cuenta los días para tener a su bebé en brazos. Este embarazo no ha sido fácil: "Ves a mujeres que disfrutan mucho del embarazo y te da un poco de envidia. Yo no puedo disfrutarlo porque estoy en tensión. Me ha costado mucho generar un vínculo. Yo estoy acostumbrada a que las estadísticas me vayan en contra. Entonces, lo extraño es que esté yendo bien", reconoce.

GESTIÓN DE LAS EXPECTATIVAS

Sandra Arolas "Siempre habíamos querido tener hijos y en plural. Yo tenía claro que quería tres y que dos fueran antes de los 30. Y te pones y ves que la cosa no tira. Con el primero me puse con 26 años y llegó a los 32. Y el segundo llegará a los 38. Tienes unas expectativas y te das cuenta de que es incontrolable, de que no depende de ti".

Número medio de hijos por mujer en Cataluña; en la Unión Europea es de 1,59

Ona "Para mí era obvio que me embarazaría. Mi madre se quedó embarazada a la primera y de gemelos. Ni dudaba que a mí también me pasaría. Todo el mundo nos dice que somos muy jóvenes y que nos quedaremos embarazados seguro. Y te pones y te empiezas a encontrar con obstáculos que no encajan con lo que pensabas que sería. Y tampoco se tiene que juzgar a las parejas que deciden ser padres tarde porque no es solo un tema de fertilidad, tenemos un problema como sociedad. Somos económicamente independientes más tarde y con 24 o 25 años yo me veía muy niña para tener un hijo".

Glòria "Todos tus años fértiles los dedicas al mundo laboral y te encuentras que cuando quieres ya no puedes. Sabía que a partir de los 35 años comienza el descenso de la fertilidad pero siempre piensas que una cosa es la estadística y otra los casos particulares. Para mí era muy importante ir a la universidad, por ejemplo. Y esto otro lo daba por supuesto y se ve que no. Tienes que ser más proactiva".

Míriam "Mi generación ha crecido teniendo clarísimo que tendría hijos. Yo no me planteé que todo esto podía pasar. Quieres tener hijos, pues los tienes. Pero mi historia es esta, no la que yo creía que sería".

FALTA DE INFORMACIÓN

Glòria "Las mujeres nos pasamos buena parte de nuestra vida preocupadas por no quedarnos embarazadas. Yo había tomado anticonceptivos, había llevado un DIU... Tienes muy integrado que es muy fácil quedarte embarazada y por eso usas tantos métodos anticonceptivos, y luego no es tan fácil. De entrada, sin ningún problema puedes tardar tranquilamente un año".

Ona "Yo ahora he conocido cómo funciona la reproducción femenina y me he conocido a mí misma. No tenemos ni idea de que como mucho puedes quedarte embarazada dos o tres días al mes. Hemos visto tantas pelis y series en las que con una sola vez ya te embarazas..."

"¿Y quién se preocupa
de las infértiles?"

Glòria Labay

54 años

Comadrona

"Siempre encontrarás la historia del 'bebé milagro', pero ¿dónde está toda la gente que falla? ¿Dónde están? ¿Qué hacen? No hay nada pensado para la gente que falla. Durante los tratamientos sí hay acompañamiento psicológico pero luego, venga, eres un fracaso reproductivo. Así lo llaman. Yo no siento que sea ningún fracaso. Las palabras a veces también importan"

Siempre había querido ser madre pero ninguna de las relaciones de pareja se acababan de consolidar lo suficiente y a los 38 se dijo: "Ahora o nunca". Dos embarazos con su pareja de entonces terminaron en aborto. La relación se acabó y acudió en solitario a la reproducción asistida: inseminaciones, fecundación in vitro y, finalmente, ovodonación. Esta última ya con su pareja actual. No funcionó. Tampoco tuvo éxito el proceso de adopción que inició. Y decidió que su relación con la maternidad, que siempre le ha "fascinado", sería solo a nivel profesional. Es comadrona y ha asistido partos durante más de 20 años. "No he tenido que coger la baja por no poder soportar la profesión pero sí me han apartado de algunos trabajos en algunos momentos especiales. Pienso que mi experiencia me ha servido para acompañar a mujeres que han tenido alguna pérdida porque no todo es de color de rosa en la maternidad". Ahora arranca desde la sanidad pública un proyecto para ayudar a otras mujeres y parejas a convivir con la infertilidad y también está detrás de la iniciativa La vida sin hijos, en la que ha aglutinado a una comunidad de mujeres que empiezan a romper tabúes, y de la que ella es la piedra angular.

AÚN UN TABÚ

Glòria "Yo no he querido participar en este tabú, en este complot del silencio. Es como cuando hace 50 años de alguien que tenía cáncer se decía que tenía una larga enfermedad. Yo no quiero que se usen eufemismos para hablar de la infertilidad".

"Yo simplemente he salido del armario. Lo que pasa es que no hay referentes de mujeres sin hijos normalizadas. Siempre hay estereotipos como la amargada o la madrastra. Mujeres poderosas por ellas mismas no las hay. Y que mucha gente decida hablar de esto es lo que nos hará romper con el tabú".

Sandra Arolas "Mucha gente me preguntaba si tendríamos hijos. Así que empecé a contarlo y, cuando lo hacía, me encontraba gente que me decía: «Pues a nosotros nos ha pasado esto otro». Y al final te encuentras sola en una cosa que parece que solo te pasa a ti cuando resulta que le pasa a mucha gente. No es verdad que seamos pocos. Lo que pasa es que no se habla de ello".

Míriam "La sensación que tenía es que todas se quedaban embarazadas, las que podían de manera natural y también las parejas que tenían problemas de infertilidad. ¿Qué pasa? ¿Que solo me ha pasado a mí? Y me di cuenta de que no, que es mentira. Hay muchas mujeres que no se quedan embarazadas o bien se quedan embarazadas y los pierden. ¡Existimos! ¿Y por qué no se habla del tema?"

"Tampoco se habla de la menstruación. No se habla del posparto, ni de la dureza de la maternidad o la lactancia. Es que no se habla de nada de lo que le pasa a la mujer. Y esto es una cosa más que nos pasa".

Ariana "Hay un tabú muy grande alrededor de la salud reproductiva y de la salud mental de las mujeres. Nadie te cuenta que uno de cada cuatro embarazos no llega a a término. Nadie te cuenta que cuando tu hijo se muere dentro de ti, tal vez lo tienes que parir. Nadie te lo cuenta porque no lo queremos escuchar. Si los hombres estuvieran en esta posición, ¿se hablaría más del tema? Hay cosas que no se pueden evitar pero se pueden dar herramientas a las personas que lo tienen que vivir”.

Glòria "Es muy importante que se hable del tema porque mucha gente sufre la infertilidad en silencio. Pero es que muchos temas que afectan a las mujeres están invisibilizados y hablar de ello es hablar de feminismo".

"Si no eres fértil es como si tuvieras una tara física, y esto ya no toca. Creo que si las mujeres estamos donde estamos es porque un día quisimos ser algo más que madres. Pero el patriarcado ha impuesto que el papel principal de la mujer es reproducirse y, entonces, una mujer que no es madre, no encaja. ¿Qué papel tiene una mujer adulta si no cumple con lo que se esperaba de ella? Te tambalean muchas cosas, sobre todo lo que esperabas que sería tu vida".

Sandra Arolas "Todavía existe la creencia de que si no puedes tener hijos es que no sirves. Parece que para las personas con útero sea obligatorio aportar vida al mundo. Y tanto si es una decisión propia como si es porque no puedes tenerlos, el hecho de no tener hijos te señala".

Ona y Edu O: "Nos han educado para que nuestra misión en la vida sea ser madres y cuando no cumples con este objetivo, por muy mujer liberada que seas, te das cuenta de que estás igual de inmersa en el patriarcado. Y esto frustra".

E: "Yo no me he cuestionado si soy más o menos hombre. Para mí no tiene nada que ver".

Sandra Albert "Cuando el médico nos dijo que la única opción era con semen de donante, él dijo que no quería que nadie lo supiera. ¿Qué importa que sea o no de tu sangre?"

Míriam "No tuve ningún problema en pensar que los óvulos no serían míos. Me daba igual porque, de hecho, lo que quería era tener un hijo. No tenía ese sentimiento de posesión de «tiene que ser mío».

Ovodonación (Con óvulos en fresco)

FUENTE: SEF 2017

MENOR DE 35 AÑOS

OvOcitOs propiOs

27,2%

OvOcitOs de donantE

6,3%

ENTRE 35 Y 39 AÑOS

46%

A mayor edad,

más posibilidades

de tener que utilizar

ovocitos de donante

20,5%

MAYOR O IGUAL DE 40 AÑOS

23,9%

72,8%

EDAD NO ANOTADA

2,8%

0,4%

MENOR DE 35 AÑOS

OvOcitOs propiOs

27,2%

OvOcitOs de donantE

6,3%

ENTRE 35 Y 39 AÑOS

46%

A mayor edad,

más posibilidades

de tener que utilizar

ovocitos de donante

20,5%

MAYOR O IGUAL DE 40 AÑOS

23,9%

72,8%

EDAD NO ANOTADA

2,8%

0,4%

OvOcitOs propiOs

OvOcitOs de donantE

MENOR DE 35 AÑOS

27,2%

6,3%

ENTRE 35 Y 39 AÑOS

46%

20,5%

MAYOR O IGUAL DE 40 AÑOS

23,9%

72,8%

EDAD NO ANOTADA

A mayor edad,

más posibilidades

de tener que utilizar

ovocitos de donante

2,8%

0,4%

"Sentía la necesidad de encontrar
a alguien que me dijera: «Esto que te
pasa a ti nos pasa a muchas»"

Ariana Ruglio

36 años

administrativa

"Me he sentido muy desbordada por la maternidad, pero también muy abandonada a raíz de mis abortos, al no tener espacio para poder hablar. Hay un tabú muy grande en cuanto a la salud mental de las mujeres. Es como que nada te tiene que afectar, que tienes que olvidar y pasar página”.

Siempre había querido ser madre. Pero ni su primer embarazo fue lo que había imaginado, ni la maternidad ese cuento de hadas que le habían contado. La suya es una infertilidad secundaria. Su primera hija nació a las 41 semanas de gestación después de un embarazo largo y pesado pero que entraba dentro de la normalidad. Los problemas aparecieron después, cuando buscaban un segundo hijo. Los embarazos de Pol y Gala terminaron abruptamente en la semana 13 y 16 de gestación. Las pruebas revelaron que Ariana sufría una alteración inmunológica que es lo que podría estar provocando que sus embarazos no evolucionaran. Con un tratamiento, había posibilidades de volver a intentarlo pero Ariana y su marido decidieron parar y aceptar que la suya es una familia numerosa fuera de lo habitual. "Decidimos que hasta aquí habíamos llegado. No estaba dispuesta a pasar por esto una tercera vez. Mi problema de infertilidad podría tener una solución pero he decidido no aceptarla. Y eso la gente no lo entiende. Te hace parecer egoísta no querer darle un hermano a tu hija. Mi hija ya tiene dos hermanos pero no están. La nuestra es una familia diferente". Desde su cuenta de Instagram, Temps de dol, visibiliza las maternidades que no se explican, especialmente el duelo perinatal. "Para mí la infertilidad es maternidad. La muerte de un hijo intraútero es una parte de la maternidad, la muerte de tu hijo al nacer es una parte de la maternidad e interrumpir el embarazo es una parte de la maternidad".

LO QUE ME HA AYUDADO

Ariana "Abrí una cuenta en Instagram para contarlo, como un diario. Sentía la necesidad de encontrar a alguien que me dijera: «Esto que te pasa a ti nos pasa a muchas, no estás exagerando». Y empecé a escribir. También busqué ayuda psicológica porque vi que no era capaz de salir de ello sola y las dos cosas me ayudaron mucho para no sentirme un bicho raro".

Sandra Arolas "La gente más cercana nos ha acompañado y no nos ha cuestionado:«Si estáis bien y creéis que tenéis que hacerlo, adelante». Y está bien tener a gente que te acompañe porque es difícil".

Míriam "Lo peor de todo ya lo he pasado. Ahora me siento bien. Me siento madre porque he tenido cuatro embarazos que habrían sido cuatro hijos. Hay muchas cosas que me han ayudado a sentirme bien. La primera, yo misma. He luchado mucho para estar así ahora. Y, después, el hecho de encontrar el grupo de apoyo de mujeres: por fin alguien que me entiende".

1 de cada 4 embarazos
termina en aborto

Ona y Edu O: "A mí hablar de ello me ayuda a asumirlo, a quitarle hierro y a no cabrearte con la vida. Y me ha ayudado hablar con otras mujeres que han pasado por cosas similares".

E: "Nosotros lo explicamos abiertamente, e incluso bromeamos sobre nuestra situación porque es lo que nos va bien. Cada uno tiene que encontrar su manera".

Sandra Albert "En mi entorno no se hablaba de ello. A mi madre le expliqué que hacía el primer tratamiento pero luego ya no se lo decía. Porque si no se habla de ello, no existe el problema. Y también para evitar la presión y las preguntas tipo: «¿Qué, cómo os ha ido? ¿Esta vez sí?»".

ACEPTACIÓN,
UNA VIDA SIN HIJOS

Sandra Albert "Cuando la última in vitro tampoco funcionó fue el momento de replantearme mi vida porque yo estaba muy triste. Y me dije: «O buscas un aliciente en la vida o serás una amargada». Ahora lo llevo mejor pero durante mucho tiempo ha sido un vacío. Ya han pasado unos años y he tenido tiempo de digerirlo. A la edad que tengo es un capítulo cerrado. Estoy muy bien así, me ha costado encontrar un equilibrio y estoy bien. He hecho un crecimiento personal".

Glòria "Ya no estoy con ese dolor, lo tengo más superado. A medida que hablas, te empoderas. Esto no es una etiqueta de por vida. Esto me ha pasado a mí pero también me han pasado otras cosas".

"Cuando los hijos no llegan, se tambalea todo un poco, tus valores, tu legado... Y pienso en el envejecimiento. Creo que la gente sin hijos piensa más que la gente con hijos en esto porque dan por supuesto que los cuidarán ellos".

Míriam "Yo pensaba que necesitaba ser madre. Recuerdo haber pensado de una chica que no podía tener hijos: «A mí me pasa esto y me muero». ¿Y ves? Ahora sé que no te mueres por no tener hijos. Se debe normalizar que las mujeres podemos ser igual de felices teniendo hijos que no teniéndolos. Hay que acabar con esta presión social. Y educar a la gente para que no haga según qué preguntas que hacen daño. Y también hay que dejar de dar por hecho que una in vitro es sinónimo de tener hijos".

Ona y Edu E: "Evidentemente, entra en los planes no tener hijos pero sería una putada, porque queremos ser padres. Pero si no se puede, no se puede, ya buscaremos otras maneras. Lo que no podemos hacer es tirar de un hilo que no está y que esto nos provoque infelicidad. Lo que me puede llegar a frustrar más es no hacer abuelos a mis padres, eso sí que quizás me costará aceptarlo".

Míriam "Todo esto que hago de explicarlo también lo hago por las mujeres que están pasando o pasarán por ello. Para que no se sientan como me sentí yo: sola. Y pienso en mi sobrina, para que cuando ella sea mayor no sienta la presión de tener hijos si no quiere y si no puede, que tenga las herramientas y la información que yo no he tenido".

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