Quim Aranda
Corresponsal en el Reino Unido
Brexit
'Brexit año I': desastre para la economía eclipsado por el coronavirus
Economistas pro y anti-Brexit han llegado a un relativo consenso a finales del primer año efectivo del divorcio del Reino Unido y la Unión Europea. La nueva relación comercial entre Londres y Bruselas, en vigor desde el 1 de enero de 2021, ha costado, en relación a 2016, el 4% del PIB británico, según la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria.
Pero la distorsión producida por la pandemia hace difícil calcular con precisión qué parte es atribuible al covid y cuál al Brexit. En cualquier caso, hay datos irrefutables del daño que una decisión tomada a partir de factores emocionales atizados por la demagogia del nacionalismo inglés han causado en el bienestar del país.
El Reino Unido ha crecido en el tercer trimestre de 2021 –por el fuerte impulso por la salida de la pandemia antes del impacto de la variante ómicron– un 3,9% más que en el segundo trimestre de 2016, inmediatamente después del referéndum. Pero si se comparan estos datos con los de la eurozona y los de Estados Unidos, la magnitud del bajón británico es enorme. La eurozona creció un 6,2% y Estados Unidos un 10,6% en el mismo período. Otro punto negativo es la balanza comercial. En vez de impulsar el comercio, el Brexit lo ha frenado. Las exportaciones de bienes han descendido un 14% interanual en el tercer trimestre de 2021, según la Oficina Nacional de Estadística, un descenso similar para exportaciones a la UE y fuera del bloque de los Veintisiete.
Todo ello también ha tenido traslación en la percepción de los británicos. La encuesta más reciente, publicada el día de Navidad, indica que el 42% de los votantes del Leave consideran que el Brexit ha ido mal en relación a lo esperado. La dimisión hace dos semanas del cuarto ministro que se ocupaba de ello pone de manifiesto la dificultad de detener al caballo salvaje del Brexit. Y empeorará ahora porque en 2022 entran en vigor nuevos controles aduaneros.