Un futuro
sin café
(bueno)

Lo veo como una realidad, porque aquí el cambio ya ha empezado. Las plantas en las zonas bajas maduran ahora más rápido, el grano no acaba de llenarse bien y pierde calidad. Al fin y al cabo, el café se vende por eso: si tiene buena calidad tendrá buenos precios”

El calor está avanzando: antes esta era una región fresca, y ahora desde noviembre hasta marzo hace mucho calor”

Antes los mejores cafés los cultivábamos en Matazanos (una comunidad a 1.200 metros) porque era una zona templada, pero ahora la arábica ya no se puede plantar ahí. Las zonas bajas, en torno a los 1.000 metros, que antes eran aptas para producir, ya no lo son; y en las zonas altas, hasta 1.900 metros, donde antes se congelaba el café, ahora estamos empezando a producir”

Disminuirá la superficie mundial para la producción de café, pero lo que también ocurrirá es que se plantarán variedades más resistentes, como la robusta (que ahora se utiliza sobre todo para hacer café soluble), que son de peor calidad y más baratas: acabaréis tomando una basura de café”

Nunca habíamos pasado de los 24 ºC en verano, cuando ponemos los granos de café a secar, y últimamente hemos llegado hasta los 38 ºC, y eso en zona alta, ¡a 1.500 metros!”

Hemos instalado cinco estaciones meteorológicas y estamos recogiendo datos para medir todos estos cambios que estamos viendo. Este año hemos registrado un pico de 35 ºC, y esto es terrible para el café”

El café tiene cuatro floraciones, y las importantes son las dos últimas: cuando ya están todos los granos maduros es cuando se cosecha. Pero ahora se están desfasando las etapas de maduración y los granos que maduraron demasiado pronto cuando llega la cosecha ya están pasados. Cuando en una planta hay granos secos, maduros y verdes al mismo tiempo significa que el café que dará ya no será de gran tamaño (el que se exporta) ni de buena calidad, y eso afecta al bolsillo del productor”

Huracanes, tormentas tropicales, sequías y grandes incendios forestales amenazan la subsistencia de los pequeños productores de café, pero también los ecosistemas de la Sierra Madre de Chiapas. Además, sería catastrófico para la Reserva de la Biosfera el Triunfo, si las condiciones ambientales en el futuro no fueran viables para el café, que los productores tuvieran que abandonar el café de sombra y se expandieran otros usos de la tierra".

Cuando llegó la roya, en 2012, se me pudrieron todas las plantas. De donde producíamos hasta 20 sacos por hectárea pasamos a sacar cinco o incluso solo dos”

La roya llegó para ponernos a trabajar: hemos tenido que buscar nuevas variedades más resistentes, pero que necesitan mayor control. Antes tirabas una semilla al suelo y el café salía solo, pero ahora ya no es así, hace falta mucho esfuerzo y mucho cuidado”

A raíz de la roya las fincas que no son de café orgánico han empezado a utilizar muchos más agroquímicos, y eso también hace que haya más deslizamientos, porque el suelo se degrada”

Tras la plaga, el gobierno promovió una variedad resistente a la roya y que apenas necesita sombra, que se llama catimor, y la llamaban el oro azteca. Pero con el tiempo hemos visto que es de poca calidad. En la cooperativa Triunfo Verde trajimos a un profesor de Ciudad de México para estudiar qué plantas habían resistido mejor. Extraímos nuevas variedades resistentes que sí son de calidad, pero que requieren mucho más esfuerzo e inversión”

Por culpa del cambio climático llegaron las plagas y ahora la producción ha descendido: producimos mucho menos café del que producía mi abuelo”

Muchos jóvenes han tenido que emigrar, porque les resulta más difícil mantener una parcela por culpa del cambio climático. Tienes que poner muchos productos, abonos, nutrientes…”

En 2012 se dio la tormenta perfecta: un año de mucho calor y al mismo tiempo mucha lluvia, lo que trajo la roya, y al mismo tiempo los precios del café estaban muy bajos. Pero nos hizo despertar: desde entonces hemos conocido muchas nuevas especialidades”

La producción va hacia abajo por las plagas y los deslizamientos”

Las lluvias del mes pasado provocaron un desprendimiento en la parcela de mi abuela y ha perdido muchas plantas nuevas; solo tenían tres años y justo el próximo año tenían que empezar a producir. Esto significa que ha perdido muchísima producción”

Yo nunca había visto en mi comunidad que hubiera tanto deslizamiento. En el 2010 hubo uno muy grande que hizo que la gente se asustara y se marchara de la comunidad. Mucha gente tuvo que ser reubicada porque la zona empezó a considerarse zona de riesgo”

Cosas que antes no pasaban, ahora pasan, como lluvias muy fuertes y granizadas. La pregunta es qué pasará dentro de 30 o 35 años, esta es nuestra preocupación, sobre todo por nuestros hijos y nietos”

Antes los viejitos tenían sus calendarios de lluvia, comenzaban a contar cabañuelas y sabían cómo sería ese año de lluvias, pero ahora a veces llueve y a veces no. A veces ha ocurrido que hasta agosto no ha empezado a llover, pero este año empezó en mayo y no ha parado hasta ahora, y eso nos está haciendo perder café”

Hay años que vienen muchas lluvias y otras que hay demasiado pocas. Este año ha habido muchas y con los deslizamientos perdí unos seis o siete sacos de café”

Estamos trabajando en resiliencia climática. Hemos puesto en marcha un programa para captar a jóvenes que quieran dedicarse al café y trabajar con ellos el tema del cambio climático. Ya tenemos a 10 que harán parcelas de café, donde pondremos estaciones meteorológicas (ya hemos instalado 5), y ellos irán haciendo experimentos: buscan nuevas variedades, aplican nutrientes naturales y abonos orgánicos… Queremos fortalecernos bien para estar preparados para el futuro”

Haremos un estudio para ver cuánto carbono capta el café y poder vender también esta captura. Nos ayuda una ONG internacional. También queremos pasar de las 2.000 plantas por hectárea a unas 5.000 plantas por hectárea para producir más sin deforestar más”

Producimos biofiltros que son como una arena donde se quedan las sustancias contaminantes del agua que genera la limpieza del grano, la filtramos para evitar que dañe los ríos o las plantas, y aprovechamos el metano que generan para realizar biogás para las cocinas”

Tenemos un biodigestor: recogemos en una gran bolsa el gas que generan las aguas mieles (agua utilizada para limpiar el café y extraer el grano, que es contaminante y emite metano). La bolsa se va hinchando y utilizamos el gas para los fogones, y así no tenemos que quemar leña. Llevamos cinco años con eso y funciona bien. En época de cosecha lo utilizamos mucho, pero cuando acaba la cosecha también lo utilizamos con el estiércol de los cerdos y también generamos gas”

El 90% de nuestro día a día es el café, pero para estar preparados si se vuelve a producir un episodio de roya o un huracán es necesario diversificar, por ejemplo con la apicultura. Es una actividad que además ayuda al café, porque las abejas ayudan a sembrar con la polinización y ayudan al medio ambiente, y la venta de miel es otro ingreso para el pequeño cafeicultor”

Los suelos están ya muy degradados y necesitan muchos más nutrientes para producir. Estamos creando nuestros propios abonos orgánicos. Empezamos en 2013 por la situación de necesidad de muchos productores después de la gran plaga. Recogemos todo el estiércol y hacemos una composta centralizada para todos los socios de la cooperativa, pero todavía no producimos lo suficiente”

Como cooperativa de comercio justo buscamos el valor añadido. La cooperativa nos ayuda cuando el precio está muy bajo, porque la época de vacas gordas dura un año como máximo, y cuando el precio vuelve a caer nuestra fuerza es estar organizados y tener un mercado seguro. Pero también significa dar un valor añadido: no producir por producir, porque también tenemos responsabilidad con el medio ambiente”

Ha aumentado mucho en esta zona el uso de fertilizantes, lo que al final contribuye también al cambio climático. Nosotros como cooperativa de comercio justo cultivamos café orgánico y no utilizamos fertilizantes. Estamos invirtiendo en crear productos y nutrientes orgánicos, preparar mejor la tierra para que sea más fuerte y evite deslizamientos, además de tener más nutrientes para producir más. Y experimentamos con variedades resilientes, pero son variedades de vida más corta, es necesario replantar más a menudo”

No hay instituciones de gobierno que estén mirando de cerca ese tema tan grave para nosotros como es el cambio climático”